lunes, 5 de agosto de 2013

2º Follow Your Dreams

Follow Your Dreams

2º Capitulo

Antes de que penséis nada quiero que sepáis que la que subió el capitulo si mi permiso fue Sara así que lincharla a ella, que sufra, si es posible. Continuo por donde lo dejé...



Me hace mucha gracia cuando actúa así. Es mu protectora, pero no creo que ne vaya a morir bajando asi las escaleras. Aunque, cualquiera sabe

Perdida, como siempre, en mis pensamiento cojo una Pink Lady. Esas manzanas me encantan, son tan dulces.

- Ariadna, querida - me saca mi madre de mis pensamientos -. Llegarás tarde a clase.

Simplemente la sonrío y con la mochila en el hombro salgo a la calle. El olor dulzón de las flores inunda mi nariz. Es un aspecto positivo de la primavera, el único que le encuentro.

Cojo el pequeño iPod azul celeste que tengo guardado en la mochila para casos extremos de aburrimiento, como este.

En la lista de reproducción busco una de las pocas canciones en español que tengo; Síndrome de Peter Pan, de Porta. La encuentro y le doy a Play. Los versos de ese canción entran en mis oídos y no puedo evitar rapear sus versos.

"El tiempo no perdona, el tiempo pasa. Las cosas cambian, por eso tengo el síndrome de Peter Pan. El tiempo pasa factura, parece que no espera. Hasta el más niño, madura aunque no quiera. Y debe ser verdad, porque ya nada es lo que era. Si sabes dar marcha atrás ven y cuéntame la manera." 


Ya no soy una niña y lo tengo que aceptar, el tiempo pasa para todos, no soy un caso especial. Querría volver a ser la misma niñita inocente que jugaba en aquel parque, en el cual su mayor deseo seria poder tirarme la primera por el rojizo tobogán. Pero aquí estoy.

Cuando la canción de Porta termina con una pequeña y practicamente invisible lagrima desciende por mi pomulo hasta llegar a mis rosados labios. Ahí es cuando unos de mis poemas empiezo a rapear.

"Querida juventud, mi ansiada libertad. La inconsciencia la mayor felicidad. Cuando no importaban los insultos de esta odiosa sociedad. Cuando solo importaba con tus amigos poder jugar."

Miles de recuerdos pasan ante mis ojos. Haciendo erizos de arcilla con mis compañeros, corriendo hacia la pared para decir "Por mi y todos mis compañeros" y sentirme una heroína, haciendo una guerra de nieve en el recreo para luego llegar con los dedos entumecidos a clase y no poder escribir. Ese último recuerdo me hace sonreír, sonreír con una sonrisa pura. Hace mucho que no sonreía así.
Y los versos siguen fluyendo.

"Temprano tuve que madurar, mi juventud me quedé si disfrutar. Quiero volver a crecer, una niñita sin preocupaciones volver a ser. No una adolescente que ha perdido las ganas de vivir, que ya no aguanta más así"

Y esa pura sonrisa desaparece. Nunca fui muy niña, pero tampoco es que madurar sea un par de arco iris y piruletas. Mi niñez terminó en aquel viaje en tren, en cual vi la muerte con mis propios ojos y nací otra vez.

Me enjuago las lagrimas, no quiero que nadie pregunte por ello, ya tengo suficiente con el examen de Matemáticas al que llego tres minutos tarde. Solo me queda rezar y suplir para que mi profesor esté de buen humor y me deje entrar en clase, pero ya se que rece los credos que rece no me dejará en paz.

Llego a la puerta, que ya está cerrada y la golpéo tres veces y tras un seco "Pase" abro la puerta.  Mi profesor me mira con un brillo malicioso en los ojos.

- La señorita Onaindia ya nos ha dado el gusto de aparecer -. Dice el hombre provocando algún que otro coro de risas y haciendo que toda la clase clase mire en mi dirección.- Que sepa que no va a hacer el examen, puede sentarse al fondo de la clase y leer algún libro.

Cuando el baja la mirada a su ordenador vislumbro varias miradas cómplices que agradezco. 

Me dirijo hacia el fondo de la clase donde está el que yo puedo denominar como mi mejor amigo.  Andres. Al menos no estaré sola.

- Gran entrada - susurra con tono de admiración.
- ¿También llegaste tarde?
- No traje folio - dijo divertido ondeando una hoja blanca que acaba de sacar de su mochila.

Suelto una ahogada carcajada, a los dos se nos dan pésimamente esta asignatura. Muy, pero que muy mal. Es un muchacho de lo mas gracioso. Aunque sufre bullyng su preciosa sonrisa no se la quita nada ni nadie.

- ¿Que vas a hacer con lo de María?
- Le tengo una cosa preparada para cuando termine el examen, atenta a su cara - sacó un hoja cuadriculada, arrancada de un cuaderno. - Leéla.

"Estabamos jugando a las cartas unos compañeros, María y yo. Me aburría y empecé a jugar mal. María se enfadó, fijate menuda razón para hacerlo. y me empezó a pegar. Le pedí que me comiese amablemente, no lo duden, mi miembro viril. Ella me respondió literalmente "No me meto en la boca cosas pequeñas", he de aclarar que de pequeña nada,  y me pegó. Todo muy normal. Una cosa llego a la otra. Llamó gorda a mi madre, y eso no lo puedo consentir, así que con mi mano derecha le tape la cara y la echa un poquito para atrás, y la chiquilla que es muy torpe se dio con la pared y a sus diecisiete años se puso a llorar"

Entre rusas leí su carta, es muy gracioso. Solo imaginarme a la directora leyéndola... 





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